Alicia Piquer. EPDA Hay negacionistas de muchos tipos, o de muchos trasuntos. De la existencia del COVID19, de las políticas de Salud Pública para prevenir su expansión, de que Franco fuera un golpista o de que hay un gran número de mujeres, millones en España, que llevan malviviendo con un maltratador más horas, más días, más semanas, meses y años que los que han pasado, como sería lo normal, creciendo, y envejeciendo en paz.
La prevalencia mide la perdurabilidad del daño a lo largo de la vida de una mujer. Para medirla, la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género realiza cada cuatro años la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, una estadística oficial incluida en el Plan Estadístico Nacional que proporciona una visión detallada, exhaustiva, y contemporánea de la dimensión y de todas las formas de violencia contra las mujeres, así como de otros aspectos relacionados con las mismas.
Un dato, difícil de digerir, es que una de cada dos mujeres, el 57,3%, residentes en España, de 16 o más años han sufrido violencia a lo largo de sus vidas por ser mujeres. Son 11.688.411 mujeres, muchas vidas en riesgo para no tenerlas en cuenta.
Las estadísticas nos indican que la perdurabilidad del daño está afectando en mayor medida a las mujeres menores de 64 años que a las mayores de 65. Aun así, una lectura más detallada nos indica que es debido a que no hay incidencia de parejas pasadas y sí que la hay con la pareja actual, seguramente con la única que han tenido.
Más datos, las mujeres menores de 64 han acudido a solicitar ayuda formal en un 37,3%, las mayores de 65, sólo en un 25,1%. Un 81,3% de las menores de 64 encuestadas han contado a su entorno, a su red, que han sufrido violencia por alguna de sus parejas; de las mayores de 65 años sólo lo ha hecho un 54,5%, ¿preguntémonos por qué?
La información estadística nos indica claramente que las mujeres mayores ocultan el sufrimiento vivido en mayor medida que el resto de mujeres, ya que les enseñaron que lo que sucede en casa en casa se queda, y además señalan que el motivo por el que finaliza la relación violenta es el fallecimiento de la pareja -si ellos no las asesinan antes, recordemos a Ana Orantes. Lo afirman el 13,3% frente al 0,7% de las menores de 64. La vergüenza, la dependencia económica y la falta de apoyos familiares, son algunos de los motivos por los que no abandonan a su victimario.
Esas mujeres, nuestras madres, nuestras abuelas, nuestras tías, nuestras vecinas, llevan, como mínimo, 40 años sufriendo y sobreviviendo, en un sinvivir día tras día y noche tras noche, pensando, seguramente, que tuvieron mala suerte, que a qué mala hora eligieron esa pareja, si es que tuvieron la libertad de elegir. Esas mujeres, nuestras vecinas, tienen todavía mucho miedo y menos posibilidades que la mayoría de nosotras para hacerle frente. Se merecen que demos un paso al frente.
Desde la Regidoria de Igualdad del Ajuntament de Rafelbunyol, no nos olvidamos de ellas, este 25 de noviembre, en el Día Internacional para la Eliminación de todas las violencias contra las Mujeres, de todas, nuestra llamada de atención se dirige a que la ciudadanía, el entorno más cercano, el veïnat, les hagan sentir que no están solas, que pueden pedirles ayuda y les ayudarán, que ellas y ellos se van a implicar, que estarán a su lado para que dejen de sufrir y empiecen a vivir.
Este 25N nuestra campaña es #PorEllaPorTodasMuévete “El machismo no se hereda, se transmite, no seas cómplice”.
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