Guillermo Luján, alcalde de Aldaia. EPDA
Con el mes de marzo llega una desescalada esperada por todos los
sectores de la sociedad. Por fin parece que empezamos a ver la luz al final del
túnel después de unas semanas dramáticas en las que hemos vivido en primera persona
una curva de contagios, ingresos en UCI y fallecimientos que parecía que nunca
iba a dejar de subir. Con el esfuerzo de todos y cada uno de nosotros hemos
conseguido dar la vuelta a esa tendencia y volver a unas cifras que, de
momento, alejan el tan temido peligro de la saturación de los hospitales. Es
por eso que no debemos bajar la guardia. Gracias a la responsabilidad de toda
la ciudadanía, estamos empezando a reabrir espacios que han permanecido
cerrados desde la explosión de la tercera ola y a vislumbrar que la salida es
posible. Para que esta desescalada sea duradera e incluso para que, poco a
poco, se pueda ir avanzando y rebajando las medidas anti-Covid, hemos de
mantener la cabeza fría y seguir implementando todas las medidas que las
autoridades sanitarias nos recomiendan para
mantener alejado al virus: respetar la distancia interpersonal de
seguridad, la higiene y sobre todo el uso de la mascarilla. No podemos olvidar
la tragedia colectiva que llevamos padeciendo desde marzo del pasado año, pero
especialmente estos dos últimos meses, cuando la tercera ola se ha cebado con
nuestra sociedad. De ninguna manera podemos permitirnos volver a repetir las
cifras de personas hospitalizadas, de ingresos en cuidados intensivos y de
fallecimientos. Es un drama para nuestra sociedad y tenemos que intentar
evitarlo a toda costa. Mientras que nos mantenemos a la espera de que el
proceso de vacunación llegue a una fase masiva en los meses venideros, hemos de
seguir luchando contra el coronavirus con el arma más efectiva que disponemos:
la responsabilidad individual. Si caemos en la tentación de la relajación y la
confianza en que lo peor ha pasado, las infecciones se pueden disparar otra
vez, lo cual supondría un golpe fatal para nuestro sistema sanitario y también
para miles de familias que necesitan retomar su actividad.
Disfrutemos de esta nueva fase en la que entramos, pero con sentido
común. Si hacemos las cosas con “trellat”, todos saldremos ganando. Ya hemos
demostrado en innumerables veces que sabemos hacer las cosas bien y que en los
momentos de dificultad nos ponemos manos a la obra para salir adelante juntos.
Todos queremos que esta desescalada no sea un paréntesis, sino que suponga el
inicio de un camino hacia la tan esperada normalidad. Un camino que será largo
y que hemos de recorrer sin prisa, pero sin pausa y con paso firme. Está en
nuestra mano que este mes de marzo sea el principio del final de esta pesadilla
que dura ya demasiado tiempo. Ante todo, no bajemos la guardia. Amb
resposabilitat, tot anirà bé.
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