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Concejalía de Estética Urbana. No hace muchos años, cerca del Mercado Central lucía una pancarta que decía “Si no hay concejal de Mercados que lo pongan, si hay que lo quiten”. El concejal entonces tenía pluripaga, era diputado a Cortes en Madrid. Lo mismo cabría predicar en lo concerniente a la estética urbana. La ciudad de Valencia está llena de cachivaches, trastos, cables, postes y sucedáneos que afean la ciudad convirtiéndola en tercermundista. Al Monasterio de Corpus Christi, en Guillem de Castro, no le falta en su derredor ninguno de los elementos que deterioran su contemplación, no le caben más. Casi todos los monumentos valencianos tienen objetos, mobiliario urbanos, plazas, señales, cableados, placas,… que los afean y desprestigian. Nos faltaban las alcantarillas maceteros de la plaza del Ayuntamiento. Por ello, “Si no hay concejal de Estética Urbana que lo pongan, si hay que lo quiten”.