Pedro Adalid Actualmente nos
encontramos en medio de una pandemia ocasionada por el coronavirus COVID-19, que
ha supuesto cerrar los centros educativos y recurrir a la modalidad formativa
online para poder tener acceso a la educación.
Esta abrupta
sustitución de la enseñanza presencial por el modo online, puede traer consigo
una desigualdad en el acceso al
aprendizaje que conlleve a un menor nivel de formación para muchos
estudiantes y , sobre todo, para aquellos que presentan necesidades específicas
de apoyo educativo y para aquellos que su nivel de competencia curricular sea
baja.
Esta circunstancia
podría verse reflejada en una capacidad formativa inferior que les haga acceder
a los puestos de trabajo de menor remuneración cuando se conviertan en
población activa.
Este panorama se complica,
debido a factores como la situación económica y laboral de las familias, el
acceso a internet, la calidad de los ordenadores y las plataformas educativas,
o incluso el estado de salud y nivel de estrés de los padres, porque ellos pasarán
a ser los pilares de la educación en casa, sobre todo en los niveles de
formación elemental.
Otra de las consecuencias
negativas a tomar en consideración, es que podrían verse aumentadas las tasas
de abandono escolar, porque siendo realistas, los centros educativos en
general, no están preparados para este cambio repentino, que deja ver que solo
el acceso desigual a internet, representa uno de los tantos problemas, ya que
crea desigualdad al momento de educar.
Para
sobrellevar esta situación y minimizar el impacto negativo que puede
presentarse, es necesario que los docentes sean flexibles y creativos, prioricen
los contenidos y a su vez puedan transmitirlo lo más sencillo y claro posible
además deben brindar el apoyo respectivo a las familias, quienes reforzarán el
aprendizaje en el hogar.
Por otra parte, las instituciones deben
apoyar esta labor facilitando la formación
y la dotación de los docentes para que estos
sepan y puedan aprovechar todas las ventajas que ofrecen las TICs, dándoles el
mejor uso pedagógico, en pro de otorgar una educación personalizada a todo el
alumnado, y a su vez puedan crear y aplicar estrategias de trabajo basadas en
el aprendizaje cooperativo, logrando una mayor equidad.
Si lo analizamos desde
un sentido amplio y positivo, este sistema de formación online nos lleva a
estar siempre actualizados, y a mantener contacto e intercambiar conocimientos
y vivencias, con diversas personas indistintamente del lugar geográfico donde
se encuentren. A su vez le otorga al estudiante la oportunidad de romper las barreras del aula
tradicional, salir de la rutina, y usar al máximo sus capacidades de
investigador, análisis, toma de decisiones documentada, cooperación e
invención, cualidades que son muy demandadas en la era globalizada que estamos
viviendo.
Esta situación
inesperada ha hecho cambiar la forma de enseñar de los docentes y de aprender
de los alumnos pero también nos ha permitido observar las carencias que
aun presenta el sistema educativo en materia de igualdad. Nos encontramos ante
una crisis educativa, pero que a la
vez trae consigo una oportunidad, para que
todos los agentes implicados en el proceso de enseñanza aprendizaje puedan realizar
las adecuaciones necesarias, y transformar las debilidades en fortalezas… …
¿Habrá llegado el momento de incorporar
la resiliencia en los sistemas educativos?
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