ALBERT LLUECA
Fa un mes llegiem en la premsa la següent noticia: “La ‘operación Flotador’ en el aire: la UDEF no puede acceder a los correos electrónicos”, i continuava amb “Sin embargo, toda la investigación podría saltar por los aires tras la llegada de un informe de la UDEF en el que los agentes dicen no haber podido acceder a los correos electrónicos que supuestamente demostrarían el delito.” i que se segons deia “En el informe, explica la UDEF que: “no ha sido posible realizar una copia imagen del contenido”, que “no se dispone de cintas que permitan restaurar el servidor”, y que “solo se han recuperado datos ilegibles al desconocerse la estructura de los servidores”, por lo que determinan que “el volcado ha sido negativo desconociéndose el método que pudiera funcionar”.
Esta setmana hem vist com la premsa titulava “La jueza archiva el ‘caso Flotador’ pese a ver delito en la adjudicación del servicio de agua en Sagunto” segons este segon informe “al informe del Ministerio Fiscal que las defensas aseguran que no han visto. El mismo que dice que solicita el sobreseimiento al “no haber quedado suficientemente acreditado que los hechos sean constitutivos de infracción penal”. En canvi també expliquen “Sin embargo, para la magistrada, lo anterior es delictivo porque “el consistorio quería crear una empresa mixta que gestionara el agua y para ello, como concesión, impuso en el pliego al licitador un canon de 12 millones de euros, por la concesión a 25 años pagada anticipadamente”.
I com a conclusió “Todo ello, a juicio de la instructora “conllevó un perjuicio de los recursos públicos municipales renunciando no sólo al cobro de tasa alguna, sino devolviendo lo cobrado al reconvertirse de tasa a préstamo con los intereses correspondientes, unido todo ello al quebranto económico reparable que supone para la ciudadanía del municipio de Sagunto el incremento tarifario del agua potable, siendo los mayores perjudicados los vecinos del municipio y a los que se les debe ofrecer una mayor garantía para la tutela de sus respectivos intereses”.
Ho reconec no entenc com interpretar el que ha passat, espere poder llegir la part que escriurà Francisco Adan que és el seu fort per a saber el que ha passat.
FRANCISCO ADÁN
Por fin, tras varios años, no sabría decir si tres o alguno más, de maduración, somo si de un embutido se tratara, Su Señoría ha tenido a bien el archivar los autos de la operación flotador pese a que en el auto dejara la coletilla de que “existen indicios de criminalidad”. Recapitulemos.
En 2016 la UDEF entró en el ayuntamiento a llevarse documentación (hubiera sido suficiente un requerimiento del Juzgado pero se hubiera perdido lo espectacular de la actuación policial) y se abrió un proceso penal decretando el secreto de sumario salvo para el gabinete de prensa del TSJCV que desveló el nombre de Alfredo Castelló como si lo de el secreto de sumario no le afectara a él y sobre el que se seguía la investigación junto a once ediles más. La lluvia de posibles nombres cayó en trompa hasta que ya se olvidaron.
Casi cuatro años después, el secreto seguía siendo secreto, nadie había llamado a declarar a los posibles investigados, por lo menos para saber si eran ellos o, por lo menos, para poder defenderte y descargarte. Una situación totalmente anómala que perjudicaba el nombre de Castelló y que hacía que, quienes pudieran estar implicados, tuvieran que vivir con la angustia que planteaba la duda de si le afectaría a ellos o no. Una pena de banquillo sin defensa.
El estado de las actuaciones secretas acabó en callejón sin salida, tanto que la fiscalía rehusó presentar acusación pues no veía indicios de criminalidad, tampoco se personó nadie aunque IU habló de personarse para defender la legalidad y esas cosas que se olvidan cuando un escaño se lleva la intención como el agua de un rio arrastra el sedimento.
Llegados a este punto de indefensión y de vía muerta, Su Señoría procede a archivar y en el auto hubiera bastado decir que nadie ha querido acusar. Sobraba la coletilla sobre los indicios de criminalidad y más aún cuando ni siquiera se ha oído a las defensas. En fin, otra fuga del secreto de las actuaciones.
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