El alcalde de Aldaia, uno de los municipios de la zona cero de la dana del 29 de octubre en Valencia, Guillermo Luján. EFE/Ana EscobarEl alcalde de Aldaia, uno de los municipios de la zona cero de la dana del 29 de octubre en Valencia, Guillermo Luján, lamenta que el municipio perdió con las inundaciones 10.000 vehículos y 4.000 inmuebles, el 50 % de su parque móvil y de sus viviendas.
En una entrevista con EFE con motivo del año de esa catástrofe, recuerda que en el municipio constan seis personas fallecidas y que ese día "el problema fue la inundación que llegó de aguas arriba, que arrasó con todo, pero no llovió y esa apariencia de normalidad no facilitó nada".
"El agua empezó a llegar a Aldaia a partir de las 20.00, más tarde que en otros municipios y cuando el icónico puente de Picanya ya está destrozado" y entre las 21.00 y las 22.00 empezaron a recibir llamadas de vecinos con diferentes situaciones de auxilio, como uno atrapado en un tejado o otra que le está entrando agua en casa.
Avisaron a la Policía pero los agentes les dijeron que estaban intentando "sobrevivir subiéndose a pisos altos", momento en el que detectó que "no era una inundación" como las sufridas durante 40 años" sino que "peligra la integridad humana y el shock fue tremendo".
Población afectada al 50 % en su conjunto
"Sobre un 50 % del municipio en su conjunto está afectado por que hay dos zonas en las que no afectó, el barrio del Cristo y la zona más cercana a Alaquàs", apunta.
"La zona colindante al barranco de La Saleta es la que más afectación tuvo y la expansión fue más amplia que otras veces pero los extremos, que están más alejados de la llegada de la avenida, tuvieron más suerte", añade.
Un 85 % de indemnizaciones pagadas pero no ejecutadas
Respecto al proceso de reconstrucción, resalta que el Consorcio de Seguros "habla de un 80 ó 90 % de indemnizaciones pagadas, pero que la gente pueda disponer del dinero no significa que se haya podido ejecutar porque hay un colapso".
Luján considera que la recuperación del espacio privado "puede estar en los próximos años, lo que va a tardar más es la gestión o la recuperación del espacio público de todos los municipios" por la dificultad de canalizar y gestionar los procedimientos.
Pánico cada vez que llueve
El alcalde asegura que la gente "tiene pánico cada vez que llueve; cada vez que ven que ponemos las compuertas y activamos el plan de inundaciones", y resalta que si la alerta que llegó con la última dana hubiera llegado el 29 de octubre a esa hora -nueve antes- hubiese dado tiempo a poner en marcha los mecanismos antiinundaciones y que la gente subiera a pisos altos, a su juicio, algo "clave".
"Ese Es-Alert del 29 de septiembre, 11 meses después, es un reflejo de lo que no se hizo el 29 de octubre, que llegó cuando ya estaba todo perdido", lamenta.
Canalización subterránea para desaguar fuera de la zona urbana
Recuerda que llevan 40 años trabajando en la canalización del barranco de La Saleta, "que desagua en zona urbana en cota cero, y hay pendiente un colector subterráneo por la zona norte para llevar buena parte de ese caudal canalizado al Plan Sur, a València, y luego al mar" y lamenta que València "siga poniendo dificultades a esta canalización".
Pero hasta que ese proyecto estructural no esté, Aldaia ha puesto en marcha "un plan de choque" coyuntural, inspirado en la situación de Valdepeñas -que sufrió una inundación con alguna decena de fallecidos en los años 70-.
"Mientras hemos pedido autorización a la Confederación Hidrológica del Júcar para que este plan de choque canalice el agua de La Saleta hacia fuera del municipio para minorar los efectos de las inundaciones, pero lo importante es que la canalización subterránea se haga cuanto antes", afirma.
Única dirección de emergencias supramunicipal
"Escuchar la llamada del alcalde de Valladolid poniendo a disposición toda su flota de agua, o al alcalde de Lepe trabajando a pie de calle, gente de toda España, toda esa ingente cantidad de manos para ayudar esos días y los siguientes fue fundamental y sigue siéndolo", resalta Luján, para quien ese impulso les ha hecho "recuperar la fuerza y la esperanza para salir adelante", y están "intentando devolverles el cariño" a través de cartas.
Reclama una gestión supramunicipal de dirección de la emergencia para que quien tenga la información de lo que va a pasar en todas las poblaciones, "tome decisiones conjuntas" para todos los municipios.
Pone como ejemplo el Es Alert del 29 de septiembre por una alerta roja que "decía claramente lo que tienes que hacer" y dos semanas después llegó otro por una alerta naranja y cada municipio tenía que decidir si cerraba los colegios.
"Hay que insistir en una dirección de la emergencia cuando es un ámbito general de toda la provincia" porque un municipio no puede saber lo que está pasando en otro, concluye.
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