La ermita desinfectada y limpia. B. B.
Varias personas desinfectan la ermita. B B.
Todo apunta a que puede haber algún cambio de última
hora, o que se adecenta por si acude como todos los años la gente.
La situación
excepcional que se vive a causa de la pandemia del coronavirus impedirá que el
pueblo de Alboraya celebre este Lunes de Pentecostés la popular fiesta del
Mracle dels Peixets en la ermita que lo conmemora como es tradicional, debido a
la pequeñez de su fábrica, trasladándose la Misa concelebrada por todos los
sacerdotes hijos del pueblo a la Iglesia Parroquial.
La ermita se
encuentra a dos kilómetros de la villa, en la desembocadura del barranco de
Carraixet, junto al mar, rodeada de un pequeña pinada, en la que los asistentes
comían y pasaban el resto de la jornada después del oficio religioso. La Misa
en el pueblo está prevista a las 9,30 horas.
No obstante, como
la Comunitat Valenciana entra en la Fase 2 el mismo lunes, en que se permite el
culto en los templos al 50% de su aforo, el Ayuntamiento ha mandado una brigada
de obras a dejar en perfecto estado el paraje, que es Parque Natural Local, y
un grupo de señora estaba esta mañana limpiando y desinfectando la pequeña
ermita, todo lo cual podría ser indicio de algún posible cambio de plan a
última hora, o previsión de tener abierto el ermitorio a lo largo del día para
que pudieran acceder a él individualmente o en pequeños grupos, los lugareños
que deseen continuar de congregarse allí en día tan señalado.
El Miracle dels
Peixets (Milagro de los Pececillos) fue la causa eficiente que activó que en el
Reino de Valencia se hiciera la primera procesión “general e solemnial” de
Corpus, una procesión que en Valencia es mediterránea y barroca, según como
corresponde a la antropología del pueblo valenciano, es desde el siglo XIV un
audiovisual de la Biblia, se despliega en ella a través de figurantes que
representan los personajes bíblicos más importantes toda la Historia de la
Salvación.
El Miracle dels
Peixets
El 11 de agosto de
1264, el Papa Urbano IV instituyó mediante la Bula “Transiturus de hoc mundo”en
la Iglesia Universal la fiesta de Corpus Christi influido entre otros motivos
por los milagros eucarísticos de Orvieto (Italia) y Llutxent-Daroca (España). Gradualmente
las Diócesis españolas fueronestableciendo grandes procesiones. En Valencia
tardaría en hacerse por el estado del Reino tras la Reconquista dirigida por
Jaime I de Aragón y las epidemias, que lastraron acciones no esenciales.
En un contexto histórico
de complejidad social, cultural y religiosa, aconteció, el 10 de junio de 1348,
el Miracle dels Peixets entre
Alboraya y Almàssera, que hizo elevar el fervor popular de los cristianos hacia
el Santísimo Cuerpo de Cristo.
Cuentan los
relatos tradicionales que el cura párroco de Alboraya llevaba el viático, de
noche y en medio de una gran tormenta, a un moro converso gravemente enfermo
residente al otro lado del Barranc del
Carraixet, demarcación hoy del pueblo de Almàssera, cuando al cruzar el
cauce, las aguas que bajaban le hicieron tambalear, cayéndosele la arquilla en
la que portaba las Sagradas Formas al río, las que fueron arrastradas por las
aguas hasta el mar, donde unos pececillos las recogieron y sacaron a tierra,
entregándolas al párroco.
El milagro fue
historiado entre otros por José Mariano Ortiz, Almarche Vázquez, Escolano, los
dominicos Teixidor y Jaume Bleda, Francisco López, Ugarte de Ercilla, Traval,
Roset y Muñoz Hidalgo. Un resumen de todo ello aparece en un libro que hice
junto con el fotógrafo Pedro Molero, editado por la Associació d´Amics del Corpus d ´Almàssera, bajo el título “Almàssera y
su fiesta del Corpus”..
Almàssera recuerda
el hecho con una pequeña capilla en el lugar del Barranco denominado Clot
de la Capelleta lugar donde ocurrió la caída y pérdida de las Sagradas
Formas, mientras que Alboraya levantó ermita junto al mar lugar donde, siempre
según la piadosa tradición, se produjo el milagroso de su hallazgo, portadas en
susu bocas por los pececillos.
El historiador
dominico Jaume Bleda es autor del relato más antiguo, y por lo tanto más
cercano en el tiempo a lo acontecido, de los existentes sobre el Miracle dels Peixets, donde se habla de
dos las Sagradas Formas y dos los peces que la recogieron. Lo explica así:
[…] cerco al cura, y le compellio soltasse la
custodia, o arquilla donde traya dos Hostias, una para comulgar al enfermo, y
otra para traer a la vuelta dexado caer la arquilla, el rector procuro salvarse
de aquel impetu de agua, y dio noticia
en Alboraya de lo que havia acontecido. Pusieron diligencia luego que amayno el
barranco en buscar la custodia, y hallaron al fin las formas. Yendo por la
orilla del mar (que esta de allí menos devn quarto de legua) dos pescadores a
pescar, o buscando leña vieron dos peces grandes, a la lengua del agua,
teniendo cadavno en la boca patentemente vna forma: corrieron, dieron nueuas al
Cura de lo que hauian visto, el rector pusose el sobrepeliiz y estola, y cogió
vn caliz, y corriendo acudió alla: hallo ser verdad lo que le dixeron,
arrodillose ante los peces, los quales llegaron junto al cura, teniendo siempre
en la boca las hostias: tomolas el cura con mucha reuerencia y pusolas dentro
del caliz, y lleuolas a Alboraya, en cuya iglesia esta hoy dia el caliz en que
las truxo; y la arquilla que se le cayo, en la Yglesia de Almacera. Y por esta
causa entonces desmembraron la vicaria, o rectoría de Almacera, de la rectoría
de Alboraya: para que otra vez no les aconteciesse otro tanto. La qual
desmembración fue hecha en el año mil trezientos cincuenta y dos… auiendo
precedido muchas differecias y debates entre los Jurados y soldados de Almacera
y los de Alboraya acerca de esto; como consta por la sentencia de dicha
desmembración. Y en memoria de este milagro, el retablo del altar mayor que
hizieron en Almacera, lo dedicaron al Sanctissimo Sacramento, y todo el está
pintado de esta historia.
Al llegar a
Valencia, meses después, y conocer el hecho el nuevo Obispo de Valencia, Hugo
de Fenollet, (tomó posesión el 31 de diciembre de 1348 y gobernó la Diócesis
hasta 1356), decretó se celebrara en Almàssera y Alboraya solemnes fiestas con
tal motivo.
La propalación de
este milagro eucarístico hizo que aumentara entre los cristianos que recién
habían comenzado a repoblar las tierras conquistadas a los
valenciano-musulmanes el fervor por lo
eucarístico, la veneración y adoración de la Eucaristía. El milagro fue caldo
de cultivo y factor propicio que aprovechó el nuevo Obispo para animar la vida
de la Iglesia en Valencia, mermada y diezmada por la peste negra y afectada por
la relajación del clero, que apenas podía alzarse entre una población altamente
islamizada.
Las comunidades
religiosas habían sufrido muchas bajas mortales a causa de la epidemia de la
peste. El historiador Diago habla que de 640 frailes dominicos que habitaban
los conventos de la Corona de Aragón, solamente sobrevivieron 130 a la peste. A
este desastre, se sumó las consecuencias del gran escándalo de la Iglesia
medieval, el Cisma de Occidente, confusa época en la que cada parroquia o
comunidad estaban divididas en favor de un Papa u otro.
El prelado Hugo de
Fenollet debió echarle imaginación y sagacidad para afrontar la situación con
la que se encontró la Iglesia que le había sido encomendada y recurrió a
diversas acciones pastorales como la de organizar la procesión del Corpus, una manera más de dinamizar la vida eclesial
y espiritual de la ciudad, con la
experiencia de haberla organizado ya en su anterior Diócesis, Vich, la
procesión de Corpus Christi.
Consiguió
convencer y animar a los Jurados de la Ciudad, y decretó su celebración, que
organizó con el gobierno municipal, mandando a parroquias y órdenes religiosas
que no celebraran la fiesta por separado, sino que acudieran todos a la solemnial e general de la Catedral, con el fin de “que perpetuase entre los
valencianos el respeto a tan soberano Sacramento”, consiguiendo que el 4 de junio de 1355 se hiciera la primera solemne e general processo de Corpus, a
la que se sumaron además del Consell de
la Ciutat, el Virrey, el Justicia, Prohombres, Gremios de Oficios,
Parroquias, Órdenes Religiosas y pueblo en general.
Una imagen del Miracle dels Peixets. EPDA
La ermita de Alboraya. B. B.
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