Un camarero monta las mesas en una terraza de un negocio de la Comunitat Valenciana. EPDA La crisis sanitaria de la Covid-19 está sacudiendo con fuerza a las pequeñas empresas y autónomos, sobre todo al sector de la hostelería. La incertidumbre se cierne sobre unos empresarios que viven desde hace meses pendientes de las decisiones gubernamentales mientras esperan un plan de rescate que no llega. Persianas bajadas, rescisiones de contratos, empleados en ERTE y negocios a medio gas.
En la zona más turística de la comarca, en la playa de La Patacona, bien lo saben. Allí está el restaurante Brasa de Mar que tras capear el temporal en los meses de verano, vuelve a verse acorralado por las nuevas restricciones y la estampa de un paseo casi vacío. “La situación es dramática”, sentencia José Miralles, propietario del negocio y uno de los miembros de la Asociación de Comerciantes y Empresarios de La Patacona. Jose admite que en las zonas de playa “hemos sufrido menos que en otras durante los meses de verano, cuando los clientes buscaban espacios grandes con terraza y casi todos están en la playa”. La temporada no fue tan dramática en estos meses, pero a finales de septiembre “ha caido en picado”.
Un final de temporada complicado que se ha visto agravado por las nuevas restricciones de aforos establecidas por las autoridades sanitarias ante la escalada de contagios del otoño. “Nos está perjudicando mucho. La situación para la hostelería es muy delicada”, asegura este empresario, que regenta también otro negocio en la playa de La Malvarrosa de València, donde se está viviendo la misma situación. La consecuencia a corto plazo en algunos negocios de la zona está siendo la rescisión de contratos o la apertura de ERTE para muchos empleados del sector. A largo plazo temen que algunos locales se vean abocados a bajar la persiana. “Han demonizado a la hostelería, como si fuéramos los responsables de lo que está ocurriendo”, señala este empresario. Miralles agradece la atención y las ayudas que han recibido por parte del Ayuntamiento de Alboraya (como la eliminación de tasas o la ampliación de espacios), pero considera que es urgente un plan de rescate para el sector que proceda de la administración autonómica o central.
Complicada es también la situación para los hosteleros de Paterna. Lo cuenta el presidente de Paterna Gastronómica y propietario del restaurante Casa Toni, ubicado en el casco histórico de la ciudad. Esta entidad agrupa a 32 restaurantes de Paterna, de los que dos ya se han visto obligados a cerrar sus puertas mientras otros tratan de aguantar al frente de unos negocios que, en la actual coyuntura, “son insostenibles”.
En Casa Toni están trabajanado a una tercera parte de su capacidad mientras que los gastos del negocio son los mismos que cuando se trabajaba con normalidad. “En mi restaurante tengo una estructura montada para un aforo de 167 personas y ahora solo puedo atender a la mitad”, explica un empresario que está tratando de aguantar con mucho sacrificio: “No quiero que mis empleados se vayan al paro ni a un ERTE, son mi equipo y no me gustaría dejar a nadie fuera. Mis trabajadores para mí lo son todo”. Pero es consciente de que si no llegan rápido las ayudas “muchos no podrán aguantar” porque “no tiene ningún sentido restringir aforos y que las empresas tengan que afrontar el pago de todos los impuestos como si estuvieran trabajando al 100%”.
Admite este hostelero que la administración local de Paterna sí ha estado a su lado desde el primer momento con distintas iniciativas como el Sello de Hostelería Segura, ayudas a la digitalización de los negocios, a la adquisión de materia higiénico... y “esta semana tenemos una reunión con el alcalde, Juan Antonio Sagredo, para estudiar otras alternativas que ayuden al sector en la ciudad”.
Plan de Rescate
Desde la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana (Conhostur) integrada por las federaciones de hostelería de Alicante (Fepha), Valencia (Hostelería Valencia) y Castellón (Ashostur) se solicita de forma urgente a la Generalitat un paquete de ayudas directas al sector que permita amortiguar la situación. Desde Conhostur quieren destacar que la hostelería sigue a la espera de respuesta a la petición de reunión con el presidente Ximo Puig para poder exponerle la situación en la que se encuentran las empresas del sector. “Las ayudas solicitadas por 80 millones de euros supondrían un plan de rescate directo para las 34.000 empresas del sector que permitirían hacer frente, entre otros, al pago de las cuotas a la seguridad social de los profesionales autónomos, así como a los costes laborales de los trabajadores en activo durante noviembre”, sostienen.
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