José Forés El 1 de junio del 2018, Pedro Sánchez, secretario general del PSOE derrotaba a Mariano Rajoy en sede parlamentaria, con aquella histórica moción de censura, la primera que triunfó en nuestra democracia. En este 2021, por lo tanto, los socialistas conmemoraban esos tres años de Gobierno progresista. En ‘territorio PSPV’, Ximo Puig celebró la efeméride junto al secretario de Organización del PSOE y ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, y la secretaria general del PSPV-PSOE en la provincia de Valencia, Mercedes Caballero.
Un ‘president’ de la Generalitat Valenciana y secretario general del PSPV, Ximo Puig, quien transmitía su “apoyo total” al Gobierno de España, asegurando que la Comunitat Valenciana (la Comunitat entera!!! Como si fuéramos ‘Tots a una veu’), estará ‘al lado’ del presidente del Ejecutivo, Pedro Sánchez, “cuando haya que tomar decisiones para mejorar la vida de la gente”… No sabemos si se refería a que los previsibles indultos a los políticos presos mejorarían la vida de la gente, o a la nueva tarifa eléctrica, o bien, a las reformas que se vienen para captar fondos europeos y que, como todo, afectaran a la clase trabajadora, y no precisamente para mejorar su ‘statu quo’.
También Puig tuvo tiempo, para poner encima de la mesa, las clásicas reivindicaciones de la Comunitat Valenciana, en materia de mejora del sistema de financiación.Una reivindicación que, obviamente, ha quedado arrinconada por la pandemia, y que no parece estar entre las prioridades del Gobierno de Sánchez. De hecho, ya se han dado muchas ‘patadas hacia delante’ en este sentido.
Las promesas de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sobre la reforma del modelo de financiación autonómica siempre han quedado pospuestas. Primero en septiembre de 2020, después se anunció un “esqueleto” de la propuesta gubernamental para noviembre, y la penúltima se apostaba a después de las elecciones en Cataluña del 14 de febrero, y así hasta la ultima vez, que no marcó fecha en concreto sino para abordarlo a finales de año. Puig quedó satisfecho con la nueva promesa sin que se diera ese plazo concreto y no se mostró tan vehemente como antaño, con un tufillo a pleitesía que tira para atrás. En ese sentido tampoco ha blandido espada alguna contra los criterios de reparto de fondos que pueden perjudicar a la Comunitat.
Bien haría Puig en aprovechar que es de los pocos barones que apoya ciegamente a Sánchez en todos sus envites, y que merecerían cierta consideración por parte del ‘jefe’ y ya no solo con la reversión de una financiación injusta sino con un adecuado reparto de fondos europeos en el reparto que se hará a proyectos que emanan de CCAA y en la que parece que Cataluña y Euskadi parten con cierta ventaja, como se ha demostrado.
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