Cristina Plumed.
Estamos
viviendo una situación inaudita y es por este motivo que las medidas
económicas también lo deben ser.
En
esta crisis se ha producido un parón de la actividad drástico, de
sectores muy diferenciados. El COVID-19 no sólo afecta a las
actividades que el gobierno a través del RD ha pedido parar, afecta
a todos.
Se
están viviendo situaciones de emergencia en el 90% de las empresas,
que no se pueden curar con tiritas, se les debe atender bien, para
que cuando esto pase vuelvan a abrir sus puertas y puedan dar empleo
y generar riqueza y pagar impuestos de nuevo.
Es
por este motivo que los ERTE por fuerza mayor deberían ser más
flexibles, pues si una empresa que no tenía antes solicitado un
ERTE, lo solicita ahora, sin duda el motivo es el COVID-19, y desde
luego se le puede pedir la debida justificación que puede haberle
generado falta de suministro, exceso de almacenamiento, cierre de
fronteras,… pero el origen es el mismo y todas deben ser tratadas
de la misma forma.
Se
debe agilizar la resolución de los ERTEs pues las personas deben
estar cobrando cuanto antes y las empresas deben saber que el ERTE ha
sido aceptado y para esto se debe ampliar la atención de los
departamentos oportunos, al igual que nuestras asesorías y gestorías
están trabajando 24 horas estudiando cada día la nueva normativa y
atendiendo todas las dudas y consultas que surgen.
Los
impuestos, bien, el gobierno va a conceder créditos para que podamos
pagar los impuestos. Pero, hay un problema, si no tenemos actividad
es complicado que podamos generar ese beneficio para poder pagar esos
créditos. Es decir, nos vamos a endeudar además con intereses para
atender los impuestos. Por lo que se debería considerar la exención
de determinados impuestos mientras dure el cierre o aplazamientos con
un plazo más dilatado (12 meses) y sin intereses, esto es lo que
generaría liquidez o al menos no generaría deuda a todos los
autónomos y empresas que justifiquen su reducción de actividad.
Las
medidas se deben tomar de forma más rápida y uniforme, con escucha
activa de las desgarradoras necesidades y aportando la seguridad
jurídica necesaria.
La
imagen de marca de un país también se da a través de sus empresas,
las nuestras son solidarias, adaptables, generosas, responsables y
conscientes y están confeccionando sus planes para salir de esta
situación. Pero las reglas del juego deben estar claras, debemos
caminar unidos para luchar contra esta lacra, cuidar a las personas y
volver cuanto antes a la normalidad.
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