Abrazo de Sellés.
Tengo ganas
de abrazarte hasta partirte en dos y dejarte sin aliento, de rozar mi piel
contra la tuya hasta que ésta se desgaste, de besarte hasta saciar mi sed de ti,
de mirarte a los ojos fijamente y que estos color esperanza te digan lo mucho
que te quiero, y te cuenten lo que han llorado por no verte. Quiero cogerte de
la mano y llevarte a mi lado sin miedo al qué dirán como siempre hemos hecho,
sin premisas, sin reservas.
Quiero, nena
mía, gritar al mundo entero que no soy nada sin ti, que tus brazos rodeándome
con cariño y esmero son como alas que me hacen volar y sortear los obstáculos
que alguna vez la vida me pone por el camino pedregoso que nos toca andar.
Nena, te
necesito para vivir. Tú pones en mi rostro esa sonrisa que tanto he echado en
falta y ahora gracias a ese gesto solo se dibujan carcajadas.
Nena, quiero acariciar tu rostro y sentir ese
hormigueo recorriendo mi cuerpo que se llama: “AMOR”. Un amor puro que no hay
que esconder, hay que vivirlo con toda normalidad, nadie es quién para juzgar
los sentimientos de nadie. ¿Qué diferencia hay si todos pagamos nuestros
impuestos y aranceles? ¿Por qué reivindicar algo que se nos es innato, que pertenece
a nuestro ser, que nos hace iguales y diferentes a la vez, que llevamos tatuado
en nuestro ADN? ¿Por qué no nos abanderamos con la enseña de la libertad y
cantamos ese himno hecho canción del gran Nino Bravo?
¿Por qué esa
mirada desafiante cuando abrazo fuertemente a mi pareja como si no hubiese un
mañana?
Según mi
amigo Freud, todos somos bisexuales, y agregaba que las personas con esta
inclinación sexual disfrutan del privilegio de la heterosexualidad. Aquí quiero
desmontar algunos mitos que circulan de forma frecuente sobre el tema que nos
ocupa: “Las personas bisexuales son promiscuas” ¿Tú, hetero, no lo eres? “Son infieles
y viciosos por naturaleza” ¿Tú, hetero, no? “Son inmaduros” ¿Tú no? “Son
individuos cobardes y mentirosos”. Yo me pregunto: ¿Son los heteros todos
supermanes? Que me los presenten.
En fin,
tenemos que saber que nuestros miedos no detienen a la muerte, sino a la vida,
así que vivámosla sin tapujos ni ataduras.
Para
finalizar les “cosetes” de Amparo Sellés voy a reproducir una frase épica de lo
que mi gran amigo Rafael Conde “el Titi” nos cantaba: “Si estás vivo y no estás
muerto a darle gusto a tu cuerpo…libérate”. Moltes gràcies.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia