Emilio Bascuñana/EPDA Estamos celebrando la victoria de Isabel Díaz Ayuso, del PP de Pablo Casado, en Madrid, casi por mayoría absoluta y me alegro por Madrid y por España, por todos nosotros, por nuestros padres y abuelos, porque su esfuerzo no ha sido en vano, y por nuestros hijos porque recuperan una opción de futuro (aunque todavía esté en riesgo con el desgobierno actual de Pedro Sánchez).
Me resulta inevitable reflexionar sobre la democracia de verdad, en la que gobierna y manda la mayoría, aunque
lógicamente escuchando y respetando a las minorías.
En estos momentos en los que en Madrid ha salido bien y parece que va a poder gobernar la mayoría desde la libertad, me planteo nuevamente la necesidad de modificar nuestro sistema electoral para garantizar que, bien a través de una segunda vuelta o bien con la norma que se considere mejor, se asegure el gobierno al grupo que represente el sentir mayoritario de la ciudadanía, de forma que pueda gobernar con la estabilidad necesaria, sin estar sujeto a presiones, tensiones ni chantajes, de minorías oportunistas y pueda generar así el progreso y desarrollo deseado de la sociedad.
Necesitamos sensatez, gente que se dedique a construir y no a vender humo, necesitamos ilusión por un futuro
mejor pero real, no un espectáculo de ilusionistas.
Sobran manipuladores, populistas, oportunistas y cuentistas y faltan gestores con seriedad, experiencia y solvencia
para generar los espacios necesarios que den estabilidad y confianza a la ciudadanía en general y a los emprendedores. Necesitamos gobernantes que, como un buen padre, tome las decisiones necesarias y no las populistas que la ciudadanía querría oír.
Solo desde el trabajo y el esfuerzo, somos capaces de superarnos y avanzar. Para que todos ganemos, todos tenemos
que aportar; para que todos mejoremos, es necesario que mejoremos cada uno de nosotros, y eso no se consigue con el esfuerzo de los demás sino con el esfuerzo individual de cada uno, recuperando los valores de honestidad, seriedad y rigor.
En España tenemos unos cimientos sólidos sobre los que seguir construyendo y hacerlo depende de nosotros,
como ciudadanos responsables, no solo no es momento de rendirse sino que tenemos que aprovechar y subirnos a
esta ola que llega de frescura e ilusión.
Mi felicitación a todos los madrileños. Gracias Isabel, gracias Pablo Casado.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia