Guillermo Luján. EPDA
Sin darnos cuenta hemos llegado a agosto, el mes donde el verano llega
a su culminación. El 2020 está siendo un año duro y muy difícil. La pandemia
del Coronavirus apareció repentinamente como un invitado a quién nadie
esperaba, y ha transformado nuestras vidas de una forma impensable hace solo
unos meses. Los días que tenemos por delante son tradicionalmente los más
propicios para las celebraciones de todo tipo, las cenas o los viajes, pero
este año los tendremos que afrontar de una forma distinta: la distancia social
o el uso de las mascarillas nos condicionan cualquier planificación previa.
Posiblemente este no será un verano «de anuncio de televisión», pero tenemos
que ser conscientes que la única prioridad ahora mismo es la salud de las
personas. Hace un año, en días como estos, Aldaia se encontraba inmersa en los
días grandes de nuestras fiestas mayores: los conciertos, los desfiles, la
música, las competiciones deportivas, los juegos y la pólvora llenaban nuestras
calles de alegría y hermandad.
Actos como la cena de las personas mayores de
Aldaia que cada 3 de agosto se celebra en la plaza de la Constitución, cobran
un valor sentimental mucho más amplio y profundo si cabe este año, ya que no
vamos a poder disfrutar de la armonía y la alegría de ver a todo un pueblo
unido, de forma solidaria y altruista, rindiendo un merecido homenaje a su
gente mayor. Todas estas experiencias que hasta hace bien poco formaban parte
de un calendario que siempre, más pronto o más tarde, acababa llegando, este
año no formarán parte de la vida de nuestras calles. Tal vez este paréntesis
que nos ha tocado atravesar nos ayude a valorar de una forma más profunda y
vibrante los pequeños momentos a los cuales en muchas ocasiones, más de las que
tocaría, no damos importancia. Por eso, no tengo la menor duda que las próximas
fiestas mayores de Aldaia serán históricas, porque las viviremos como si fueron
las primeras, como aquel primer concierto, aquel primer desfile, el primer
paseo o la primera cena con nuestros amigos o la familia que todos recordamos.
De momento, ahora tenemos que seguir las recomendaciones sanitarias, porque nos
estamos jugando mucho: tanto como nuestras vidas, y las vidas de las personas a
las que estimamos. Los veranos con fiestas llenas de gente, el contacto, los
abrazos... más pronto que tarde, volverán. Pero cuando esto pase, cuando pronto
llegue el momento de darnos el primer abrazo «post-pandemia» queremos que no
nos falte nadie: ese es el objetivo que hemos de seguir.
De momento, continuamos en la lucha. Que paséis todos y todas un buen
verano.
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