Tras la crisis del coronavirus parecía difícil volver a la normalidad de las citas políticas, sin embargo, este sábado se ha celebrado el XV Congreso Provincial de Valencia con el objetivo de elegir al próximo presidente provincial. Aunque la noticia se confirmaba a mediodía, tras el escrutinio de 2589 electores populares, Vicente Mompó era el único candidato en unos comicios marcados por las medidas de seguridad y las mascarillas de color corporativo. Mompó ha sido elegido con una amplia mayoría —98,4% votos a favor— pese a las posibles tensiones internas que parecían asomar por la puerta con su elección, avalada como única alternativa por la dirección nacional y regional.
Han sido ocho años sin ningún Congreso popular de la provincia de Valencia; del último salió elegido el candidato Alfonso Rus, pero las cosas comenzaron a complicarse para el siguiente. La disputa entre Vicente Betoret y Mª Carmen Contelles acabó con la creación de una gestora encargada de dirigir el partido. No obstante, ahora las cosas vuelven a su sitio y Mompó se instala como líder provincial en un momento de renovación del PP, teniendo en cuenta la también reciente elección de María José Català para el Ayuntamiento de la capital del Turia.
Así, la mañana ha transcurrido con tranquilidad, y Vicente Mompó ha agradecido repetidamente el apoyo a los miembros allí presentes, que por la limitación del aforo tan solo han podido ser 450. En la elección se han emitido un total de 2356 votos, que corresponden a un 91% de participación, puesto que el resto lo han hecho desde las sedes locales. “Estoy convencido de que vamos a hacer más grande el partido y conseguiremos que los valencianos vuelvan a confiar en la Generalitat, en las Diputaciones y los Ayuntamientos, para que la Comunidad Valenciana recupere el sitio que le pertenece”, ha sentenciado Mompó tras el escrutinio.
El presidente ha hecho patente su condición de alcalde de Gavarda, un municipio con apenas mil habitantes, para incidir en la importancia de los pueblos en la vertebración del gobierno. “En el municipalismo encontramos la mejor representación de libertad, de democracia y entrega al servicio público —defendía esta mañana— y ahora nos enfrentamos al gran reto del municipalismo del siglo XXI, la despoblación, que solo superaremos si entendemos que es un problema de todos”. Para ello, ha designado a Reme Mazzolari como encargada de Política Territorial y a Ruth Sánchez para Despoblación, entre otros cargos que se han anunciado durante el Congreso.
Camino a la regeneración
Uno de los mensajes repetidos a lo largo de la jornada ha sido la necesidad de renovación y unidad en el partido, con la intención manifiesta de recuperar la hegemonía de antaño en las instituciones nacionales y regionales valencianas. “Salgamos a por quienes se fueron, o perdieron la ilusión, o a por quienes nunca han estado, demostremos que somos mejores de lo que fuimos y que venimos con las pilas cargadas” ha declarado Mompó en alusión a la pérdida de electorado. Las constantes menciones a Bonig, Català o Casado indican la intención de exhibir unidad dentro del proyecto popular.
Con la apertura de las urnas comenzaban las ponencias sociales, políticas y económicas, en las que salieron a la luz temas recurrentes como la libertad de educación, referida tanto a la dualidad público-privada como a la lengua vehícular, y aparecieron otros como la despoblación, el corredor mediterráneo o la sostenibilidad. Si bien esta última no condicionó el peso en el discurso del crecimiento económico y la mejora de la competitividad valenciana.
El diputado Víctor Soler, por su parte, volvió a incidir en la reestructuración del partido: “Estamos en un momento casi fundacional, de profunda renovación, que tiene que tener el objetivo claro de revitalizar el partido, pero también los principios ideológicos en los que se asienta nuestro legado”. Así, la necesidad de restablecer la sintonía en el partido y acercarlo de nuevo hacia la moderación también se hicieron evidentes en las palabras de Mompó, que tras la elección establecía el comienzo de “un nuevo tiempo” para “reagrupar la centro-derecha en la provincia” mientras rememoraba los momentos difíciles del PP, recalcando la voluntad de “aprender de los errores”.
Uno de los temas más presentes en los discursos, sin embargo, volvió a ser el uso de la lengua, que apareció al principio del Congreso con María José Català y no abandonó el Palacio hasta la conferencia de cierre de Pablo Casado. “Nosotros sabemos qué es ser valenciano y nunca ha sido tener que elegir, ser español es ser valenciano —defendía acaloradamente Català al inicio— hablar valenciano es también hablar castellano, para nosotros la lengua valenciana es un tesoro que sirve para comunicarse y no para excluir a nadie”. Con algo más de parsimonia defendía el presidente nacional la misma tesis al final, afirmando que había escuchado decir a “estos que tanto defienden el valencianismo, incluso a la Academia de la Lengua” que el catalán era lo mismo que el valenciano. “No es verdad”, sentenció.
Tras el discurso de Vicente Mompó aparecía una Isabel Bonig muy potente, que recuperó los temas ya mencionados y mostró durante el Congreso una gran afinidad con el líder nacional, Pablo Casado. Bonig también aprovechó el momento para hablar del elefante en la habitación, el coronavirus, y acusó a Ximo Puig de vender humo con las medidas que anunciaba para la crisis, que calificó de “Ximo-anuncios”. Con el mismo ímpetu aseguró que volvería a insistirle al president para que aprobara su decálogo de medidas económicas, educativas y sociales: “Ahora mismo está saliendo la carta, si quiere señor Puig aquí tiene las manos del PP, si no, vaya preparándose porque dentro de muy poco el partido gobernará”.
El Congreso no estuvo exento de anécdotas, y la presidenta autonómica apeló de nuevo a sus gustos musicales, esta vez para recordar que el 25 de julio de 1980 se lanzó el segundo álbum más exitoso tras Thriller: el de ACDC. “Cuando el partido Popular ha conseguido amplias mayorías y ha utilizado sus energías para transformar a la sociedad, pero no para adoctrinarla, sino para transformarla socialmente, ha sido cuando ha abierto las puertas a los que rezan al Apóstol Santiago y a los que escuchan ACDC”, ha comentado en referencia también al día del patrón de Galicia.
Contra el Botànic
Bonig tampoco ha dejado de lado los ataques. Ha cargado contra el “nacionalismo catalán”, pero también contra el “centralismo propio y ajeno” en una visión “amplia, integradora y plural” del territorio valenciano. “Esta tierra no es nada sin el proyecto común que es España”, ha matizado. María José Català ha seguido el discurso que mantuvo en los días anteriores, cuando se inclinaba por la desaparición de Compromís. Menos tajante aseguró durante el Congreso que no quería “nacionalistas acomplejados en el gobierno”, sino a personas que se se sintieran orgullosas de las ciudades.
El ahora presidente provincial también acometió, más explícitamente, contra los miembros del Botànic en el discurso posterior a su elección. Aprovechó para mencionar una de las últimas fisuras entre Compromís y el PSPV; la ampliación del Puerto de Valencia. Una medida que el partido de Oltra critica por los costes medioambientales, pero de la que ERC se hizo eco hasta llegar a pedir al gobierno de Sánchez su paralización. “No vamos a tolerar injerencias de quienes no les importa València, y defenderemos a los valencianos frente a la pasividad del Botànic”, aclaró Mompó.
Pablo Casado, recibido entre largos aplausos, se levantó del lado de su mujer para rescatar de nuevo el conflicto catalán, pero esta vez contra Sánchez, sobre la aplicación del tercer grado a los presos del procés. “Si alguien sale tras nueve meses de prisión y dice que va a volver a delinquir, produce una indefensión ―afirmó— y la responsabilidad no es de Torra, no es de Puigdemont, es del Gobierno de Sánchez”. También recordó el reciente pacto europeo para la recuperación, que según Casado fue instigado por los populares y debe ser de utilidad, para que no se utilice con otros fines “que no sean la creación de empleo”. “Es un rescate”, recalcó.
El Congreso, en definitiva, sirvió para trasladar fuerza dentro del proyecto en un momento de renovación interna necesario, y para recalcar un mensaje que el partido acuña en los momentos de crisis: “Cuando las cosas se complican, el Partido Popular es garantía de recuperación”, proclamó Mompó durante su comparecencia.