Como consecuencia de la declaración oficial de luto en la ciudad
de Segorbe el pasado día 23 de febrero, el Instituto de Cultura Alto Palancia y
el Ayuntamiento de Segorbe han trasladado el conjunto de actos que se habían
programado para ese día al próximo viernes 8 de marzo
Así pues, el viernes 8 de marzo, a las 19:30 horas, en la Sala de
los Alcaldes del Ayuntamiento de Segorbe se presentará al público el Boletín de
Estudios nº 30 del Instituto de Cultura Alto Palancia (ICAP). A continuación se
desarrollará la conferencia “El Convento Franciscano y el Fuerte de San Blas de
Segorbe, a cargo de Vicente Palomar Macián, arqueólogo e historiador.
Con anterioridad a la presentación del Boletín de Estudios y la
Conferencia se producirá, a las 18:30 horas, la Asamblea General Anual del
Instituto de Cultura Alto Palancia (ICAP).
Fundado en el año 1413, el convento franciscano de San Blas fue el
más antiguo de los cenobios segorbinos. Durante la Guerra de la Independencia
(1808-1814) el convento padecería con severidad los embates del conflicto. Tras
el acostumbrado saqueo, sus edificios fueron utilizados como fuerte,
aprovechando su posición dominante sobre la ciudad y el valle del Palancia.
Tras la desamortización de Mendizábal, en 1836, el Convento de San Blas no volvió
a ser ocupado por los frailes franciscanos. Durante la Primera Guerra Carlista
se fortificó el Convento, al igual que sucedió con el Cerro de la Estrella,
poniendo en comunicación ambos enclaves estratégicos por un camino que pasaba
por el Huerto de las Monjas.
La Tercera Guerra Carlista también tendría repercusiones decisivas
sobre el antiguo convento. En septiembre de 1873 Pascual Cucala entraba con un
importante destacamento de tropas carlistas en la ciudad y se adueñaba de ella
durante un año. En este período se destruirían las fortificaciones de la
Primera Guerra Carlista. A finales de 1874 el ejército liberal recupera
definitivamente la ciudad. Y en 1875 se plantea construir un fuerte militar en
San Blas, que se derruiría en 1965 para construir una piscina y una pista
polideportiva. De esta forma perdía Segorbe uno de sus elementos
arquitectónicos más monumentales y de mayor valor histórico.
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